Las 5 prioridades principales para abordar el tráfico de vida silvestre en América Latina
Por Adrian Reuter, Ana Lambert, Kurt Duchez, Yovana Murillo, Jeremy Radachowsky y Padu Franco | October 2, 2019
El comercio ilegal de especies es devastador para la vida silvestre y los humanos. En América Latina, la región más biodiversa del mundo, el tráfico de vida silvestre no solo amenaza con la extinción de cientos de especies, sino que también representa un peligro para ecosistemas enteros, poniendo en riesgo medios de subsistencia, la gobernanza y la seguridad de las comunidades rurales.
Nuestra experiencia como conservacionistas y las relaciones que hemos desarrollado con comunidades, organizaciones y gobiernos ha sido clave para comprender los desafíos que enfrenta la vida silvestre en América Latina y recomendar medidas para su protección.
En preparación para la Primera Conferencia de Alto Nivel de las Américas sobre Comercio Ilegal de Vida Silvestre, consideramos necesario recomendar las siguientes cinco acciones prioritarias para abordar este desafío regional:
1. Desarticular el comercio ilegal a Asia y otros continentes
El tráfico de especies silvestres a través del Pacífico está creciendo rápidamente sumándose al comercio ilegal ya existente con destino a Europa y en las Américas. El creciente número de redes internacionales de comercio criminal organizado representa una de las mayores amenazas para la vida silvestre de América Latina.
Varias especies de alto valor se han vuelto especialmente vulnerables al comercio con Asia. Las lagartijas de Abronia, las ranas dardo, las guacamayas rojas, los pepinos de mar, los caballitos de mar, los tiburones y las rayas, y el pez totoaba han experimentado una creciente demanda, vendiéndose como mascotas, alimentos de lujo, medicamentos, amuletos y adornos. Nuestras investigaciones recientes sobre el comercio de jaguar sugieren que está surgiendo un nuevo mercado para el icónico felino salvaje de la región.
Para evitar que el tráfico de especies latinoamericanas alcance los niveles de crisis observados actualmente en el sudeste asiático y África, debemos romper los vínculos comerciales transcontinentales de vida silvestre de origen ilegal antes de que éstos se vuelvan más fuertes. Para hacerlo, necesitamos comprender la dinámica del tráfico transcontinental de vida silvestre, así como establecer mecanismos de cooperación para la aplicación de la ley.
2. Fortalecer las leyes y su aplicación
El tráfico de vida silvestre es una amenaza compleja que involucra muchas veces a redes criminales involucradas en otros tipos de delitos de alto impacto. Sin embargo, las leyes relacionadas con la vida silvestre a menudo son inadecuadas para enfrentar este tipo de crímenes. Las agencias estatales con frecuencia carecen del equipo, herramientas y habilidades para detectar, investigar y perseguir los delitos contra la vida silvestre.
Los acuerdos internacionales como la CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres) juegan un papel importante, pero deben reforzarse en todos los niveles de la cadena de aplicación, desde patrullajes en campo hasta el sistema de justicia, mediante una legislación nacional mejorada, que incluya capacitación y equipamiento
Hemos observado que el fortalecimiento institucional aumenta los casos de éxito. En Guatemala, la capacitación de guardaparques, el fortalecimiento de la capacidad de investigación, la creación de un foro de justicia ambiental y el establecimiento del primer tribunal ambiental del país, han resultado en un mayor número de procesos legales y sentencias en delitos contra la vida silvestre.
3. Apoyar la participación comunitaria
Gran parte del hábitat de vida silvestre en América Latina está gobernado por pueblos indígenas y comunidades locales que han vivido y trabajado de manera sostenible durante siglos. Estas comunidades tienen soluciones probadas que promueven la conservación de la biodiversidad y limitan la degradación forestal incluida la deforestación.
Los pueblos indígenas de Tacana en Bolivia promueven e implementan soluciones basadas en el uso sostenible de la vida silvestre y los bosques, lo que disminuye de manera efectiva el comercio ilegal de recursos naturales. En Mesoamérica y los Andes, el Amazonas y el Orinoco, las comunidades han adoptado SMART en sus patrullajes, con el fin de fortalecer su capacidad para combatir el tráfico de vida silvestre.
4. Poner fin a la demanda
Detener la demanda de vida silvestre y de sus productos derivados es crucial. La sociedad civil juega un papel importante para enfrentar el comercio ilegal de vida silvestre a nivel mundial, ya que, en última instancia, es ésta quien puede impedir la comercialización de estos productos.
Debemos fortalecer la colaboración entre los gobiernos y la sociedad civil para crear consciencia sobre los impactos del comercio ilegal en las poblaciones de vida silvestre. Campañas, como la implementada en Perú: “Si compras, eres un cómplice” han demostrada ser altamente efectivas. Al mismo tiempo, debemos generar, compartir y administrar información para desarticular redes criminales.
5. Elevar la prioridad otorgada al tráfico de vida silvestre en América Latina
El tráfico de vida silvestre debe ser tratado como un delito grave por los gobiernos. Cuando la respuesta a estos delitos por parte de las autoridades es débil, no hay disuasión para que sigan ocurriendo. Las redes criminales no se ven afectadas en un ambiente de corrupción e impunidad, donde las incautaciones no conducen a arrestos, procesos legales o sanciones.
Ayudar al público a comprender la amenaza que representa el tráfico de vida silvestre es fundamental para abordar esta crisis. Es necesario establecer un compromiso político a nivel nacional y regional para que el tráfico de vida silvestre sea considerado un delito grave, investigando su conexión con otros tipos de delincuencia organizada y mejorando la colaboración entre autoridades en países de origen y destino.
Finalmente, es importante enfatizar que, para proteger la vida silvestre y los lugares salvajes, gobiernos, comunidades, donantes y público en general deben reconocer el peligro de los delitos que amenazan la vida silvestre, y comprometerse a enfrentarlos de manera conjunta.
Adrian Reuter es el asesor principal sobre tráfico de vida silvestre para América Latina de WCS (Wildlife Conservation Society); Ana Lambert es la Oficial del Programa de Tráfico ilegal de Vida Silvestre de América Latina para WCS; Kurt Duchez es el líder de Tráfico ilegal de Vida Silvestre de Mesoamérica y el Caribe para WCS; Yovana Murillo es la líder de Tráfico ilegal de Vida Silvestre para Andes, Amazonia y Orinoco para WCS; Jeremy Radachowsky es el Director Regional de Mesoamérica y el Caribe para WCS; Padu Franco es el Director Regional de Andes, Amazonia y Orinoco para WCS.